jueves, enero 19

Todo eso

Que duele como maldición gitana, los dedos fríos, los acuse de recibo.
La mitad de mis cosas que descansan sobre una silla.
El tenedor que le correspondía a mi boca, mis besos a la suya.
La piel a la piel.
La piel de naranja. Los ojos rojos.
Las sabanas mojadas y revueltas.
Los dejos de un sillón oscuro en el rincón de una casa quinta, lecho de cual era la reina.
Morir. Morir. Morir.
Desconocidas podredumbres.
Pieza de rompecabeza (des)dibujada, musa.
Pecas lagrimoides, un reloj que atrasa. La atrocidad de un ser humano que debe pensar en si mismo.
El dolor entre la costilla y el pulmón.
En los parpados cuando se entrometen las pestañas.
Un pavor que no me deja mover.
Obsoleta. Mia.
Bienaventurada multiorgasmica, lastimadura sin nombre.
Odios que brotan, que pican.
La angustia me esta pudriendo.
Lo permito. Antes muerta que beige.
Lo (im)prescindible.
Ella esta en todos mis textos. Como tu "ella" quizas también lo esta.
Lo juro, como pongo acentos selectivos.
La sensacion que me dejará escribir toda la vida es inmortal.
Detesto y desvanezco.
Me desterro en tres palabras.
No estoy libre de nostalgias.
Sin pasiones, y el cielo lejos.
La humedad de lo cerrado abandonado un segundo antes de abrir el todo.
Palabrería.
Le plante un hijo, le escribí un arbol, le tuve un libro.
Le pinte un cuadro.
Clonaría sus mil átomos de piel que me quedan en los labios.
Estigmas freudianos.
Convicción indigna sobre mi persona.
Porro. Porro. Porro. Vodka.
Autocritica. Evitar el sol.
Se me ven los hilos.
Polisemica.
Y otras palabras de las cuales no sabes el significado.
Porque hoy desconoces hasta la definición de mi nombre.






Mi mas mimo mia.





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